
No hay duda. Después del 18 de octubre de 2019 nuestro país no volvió a ser el mismo. La violencia destructiva de aquella noche y de las semanas y meses que le siguieron marcaron un rumbo que parecía impensado para nuestra patria.
Nuestra casa hoy dejó de ser el país modelo de América Latina y la sólida economía que promovía inversiones e interés internacional.
Nuestras instituciones han perdido el respeto por un pésimo manejo de las políticas públicas, la seguridad nacional y por los escándalos reiterados en desvíos de dineros fiscales. El mejor ejemplo es el caso fundaciones.
La política de fronteras abiertas que un sector del país promovió durante tantos años, hoy nos pasa la cuenta: La gente ya no camina con tranquilidad en las calles, tampoco está tranquila en sus hogares y el creciente desempleo ha generado una sensación de inestabilidad que no veíamos en décadas.
Pero nunca es tarde. Y si hay algo que caracteriza a los chilenos es que cuando deciden unirse por un propósito, nada los detiene. ¿Podríamos entonces unir esa fuerza y ese corazón para rescatar a nuestro país?, ¿podríamos tener un país ordenado, limpio, seguro y próspero otra vez?
@CHNewsMagazine
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